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Y no se renace sino de los restos…

 

Sebastián Russo Bautista

 

Lo que Marcel Duchamp llamó “objetos encontrados” (objets trouvés) o, más precisamente, sus pedazos o restos hallados fortuitamente en la calle, escapan a su condición de meros deshechos si se los eleva a la categoría de materiales con que construir “variaciones” de collages tridimensionales. Descubrirlos y recogerlos fue una apasionante aventura callejera. Poco a poco, el ojo se entrenó en ver, dentro del revoltijo en que se acumulaban, aquellos a rescatar del olvido para darles un diferente destino. Tras reciclarlos y proceder a su ensamblaje se los enmarcó y cubrió con cristal. Así nacieron estas VITRINAS, mi personal reconocimiento a quienes fueron principal fuente inspiradora: el artista estadounidense Joseph Cornell (1903-1972) y el dadaísta alemán Kurt Schwitters (1887-1948).

Cornell visitaba librerías de segunda mano y mercados de pulgas en busca de piezas con que armar sus poéticas “CAJAS”, pequeños escenarios que evocaban recuerdos de infancia o rendían homenaje a aquellas actrices que admiraba. Por su parte, Schwitters deambulaba por la ciudad provisto de una navaja con la que recortaba trozos de carteles publicitarios y se apropiaba de los fragmentos de pavimento que consideraba provechosos para componer sus collages ensamblados “MERZ”

¿Acaso no es evidente que, si bien cada uno extraía de lugares distintos la materia prima con que realizar sus obras, ambos compartían una misma actitud? La de recurrir a restos desechables para llevar adelante una suerte de “arte de lo residual urbano”.

Las vitrinas que se muestran aquí, se orientan en esa misma dirección…

 E.G.

Buenos Aires, 2022

Acerca del autor: 

Eduardo Gandolfo es psicoanalista.

Actualmente se dedica a investigar psicoanalítica y experimentalmente el campo de las artes visuales.

Gracias a: 

Raúl Araujo del taller de marcos Carpe Diem,

María Luciana Gandolfo, mi hija, por su colaboración, asistencia y asesoramiento

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